En las próximas horas, los viceministros de Defensa, Alfredo Forti, y de Relaciones Exteriores y Culto, Eduardo Zuain, viajarán al país africano para intentar negociar el futuro de la Fragata Libertad, que está retenida en el puerto de Accra.
En Ghana, el país está representado por Susana Pataro, embajadora en Nigeria. A su vez, el Gobierno contrató a un abogado local, que no logró revertir el fallo negativo contra la Argentina, según señala el diario Clarín.
Supo este diario de altas fuentes, la Casa Rosada impera la furia contra la Cancillería y Defensa .
La inédita retención del emblemático buque escuela de la Marina argentina es noticia internacional en todos los medios del mundo, que en lugar de focalizar si son o no fondos buitres los que lograron retener al buque en el Puerto de Tema, se habla de la cuestión de la deuda externa argentina y del gobierno nacional.
El empeoramiento de la situación también desnudó otras cuestiones internas. Fue finalmente el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, el que en un comunicado anoche -que dijo ser conjunto con la Cancillería-, informó los pasos a tomar, empezando por el viaje de los dos viceministros, que será paralelo a la pelea judicial que continuará con otra audiencia en tres semanas.
“Esta decisión (la del tribunal ganés de no liberar el buque) es violatoria de las normas internacionales que consagran las inmunidades de las que goza la Fragata en su condición de buque de guerra de la República Argentina. Con esta medida, que compromete la responsabilidad internacional de Ghana, se agrega a la cuestión judicial una dimensión política que afecta las relaciones bilaterales”, informó la cartera de Defensa.
No se entendió entonces por qué un rato antes, Timerman salió con su comunicado propio, que en un tono épico señalaba. “Argentina agotará las instancias judiciales de Ghana y de los tribunales internacionales en defensa de su soberanía, contra los fondos buitre y quienes intentan imponer un sistema global donde los pueblos vivan sometidos al capital especulativo”. Una fuente oficial, molesta por el tono del texto, señaló que el ministro sólo le hablaba a la Presidente.
En ese tren, los doce párrafos del comunicado invocaban a Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche en definiciones sobre soberanía nacional; describía la “inmoralidad” de la “práctica usuraria” de los fondos buitres, los describía en su “táctica contra los países afircanos” en los que “cínicamente acomodan su argumento” con el objetivo de la “dominación de los poderes globales tanto políticos como militares o económicos”.
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