Un grupo comando interceptó el camión de caudales, redujeron a los custodios que quedaron atados con precintos adentro del camión. Así los encontró la policía, al llegar al vehículo, que quedó estacionado en la esquina de Malabia y Moisés Lebensohn, en el barrio de Boulogne, partido de San Isidro.
Liberados, los custodios se sentaron sobre la vereda con las manos en la cabeza, según las primeras versiones.
El hecho recordó los recientes intentos de robos de blindados en Hurlingham y Merlo. Por disposición del Registro Nacional de Armas, los blindados deben tener una resistencia balística grado 4.
Como parte del protocolo de seguridad, la policía no permitió aún conocer a la prensa si efectivamente los delincuentes lograron llevarse dinero ni la empresa a la que pertenece el rodado.
Fuente: Diario Hoy
