La participación del Reino Unido en la UE.Las expuso hoy el premier David Cameron. Se apoyan en cuatro puntos esenciales: competividad, protección de los estados fuera de la zona Euro, soberanía e inmigración.
Con deseos de complacer a los euroescépticos conservadores que lo amenazan con la implosión partidaria, la inmigración más el control de fronteras como mayor preocupación, el primer ministro David Cameron finalmente reveló hoy a la Unión Europea “la medida británica” que el reino pretende para continuar en el bloque.
Es un menú que incluye reformas fundamentales como eliminar regulaciones, imponer competitividad, recuperar soberaníaen el parlamento con “una tarjeta roja” que los diputados pueden imponer sobre la legislación de Bruselas, control de las límites y especialmente, la eliminación por cuatro años de beneficios sociales para los ciudadanos europeos que trabajan en Gran Bretaña y sus hijos.
La decisión va a erizar a algunos países, como Francia y Polonia, que tienen una amplia población de ese origen en el reino. Cameron sostuvo que un tercio de los inmigrantes europeos reciben estos beneficios , que pagan los contribuyentes británicos.
Otra de sus ambiciones es enterrar la legislación de derechos humanos europea y crear la suya. Busca con ello limitar el poder de la Corte Europea de Derechos Humanos, especialmente a la hora de aplicar deportaciones y legislación antiterrorista. Una lista que busca negociar antes del fin de 2016 para poder convocar al referéndum, donde los británicos van a decidir si quieren o no seguir siendo europeos. Hasta ahora gana el «Brexit» o salida de Europa en las encuestas, en una campaña agitada por los tabloides británicos, encabezados por The Daily Mail.
“Yo tengo confianza de que nosotros obtendremos un acuerdo con la Unión Europea que convenga a Reino Unido. La Unión Europea tiene el hábito de resolver problemas insolubles, ella podrá resolver este también», dijo Cameron. Sin precisar cómo van a abordar los cambios jurídicos que esta reforma implica, que debería incluir la titánica y peligrosa tarea de cambiar tratados europeos, que deberían ser sometidos en algunos países a referéndum.
Bajo la presión de los líderes europeos que exigían conocer las hasta ahora ambiguas y secretas ambiciones británicas antes de la cumbre de la semana próxima en Bruselas, Cameron decidió enviar la carta con el paquete de reformas a Donald Tusk, el polaco y presidente del Consejo Europeo. Paralelamente las anunciaba, con un discurso muy“blairista” , a su opinión pública en el Instituto Real de Estudios Estratégicos de Londres, esta mañana.
“La desilusión con la Unión Europea no es única a Gran Bretaña pero puede ser más aguda que en otros países”, dijo. «La idea de una unión aún mayor, uno de los principios fundacionales de la Unión Europea, no es uno al que Gran Bretaña subscribe”, sostuvo. Según el premier, Gran Bretaña está buscando una jurídicamente vinculante “opt out” o “quedar fuera” de una unión más cercana, que no la “enrede” en una aún mayor integración política y la posibilidad de una Unión de Estados Unidos de Europa.
A lo largo de su discurso en Chatham House, Cameron fue definiendo una política muy británica: encontrar las mejores guindas del jardín europeo, usarlas y descartar las otras porque para Gran Bretaña la UE no es un espacio político, económico, cultural y social común de posguerra sino un mercado. No quiere perder las ventajas económicas o financieras, si las hubiere para el reino. Pretende desprenderse de las que lo limitan y busca forzar que la libra esterlina sea considerada una moneda europea como el Euro. En realidad quiere tener las libertades de los estados asociados europeos, como Suiza o Noruega, pero sin las obligaciones que Bruselas impone ante esa membresía.
La Europa de Cameron es una “donde cada uno puede llevar su vida”, “un mercado común, no un país común” , con una idea obsesiva: la flexbilidad. Por eso se apoya en cuatro puntos esenciales:competividad, protección de los estados fuera de la zona Euro, soberanía e inmigración.
Busca proteger la City londinense y la libra esterlina contra el Euro para que los otros estados no se impongan sobre ellos, quiere firmar acuerdos comerciales con China, Estados Unidos y Japón. Su gran fantasma: la integración política. Para Cameron Europa es un mercado único, no una unión política. Una idea que eriza a François Hollande y Ángela Merkel. La otra es la inmigración, la europea y la otra.
Cameron advirtió que si sus demandas caen en “oídos sordos”, va a considerar si “la membresía de este club es correcta para Gran Bretaña” y que no descarta “nada” en tal situación. Tambien alertó que Gran Bretaña no va a enfrentar la opción de estar “aislada fuera de la Unión Europea o marginalizada”.
Fuente: Clarin