Durante más de cuatro horas, el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, declaró en la Curia Metropolitana ante el tribunal que lleva el juicio por los crímenes de la ESMA. Como testigo del secuestro de los sacerdotes jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio, Bergoglio dijo que intercedió por ellos, incluso ante el más alto nivel del régimen. Y contó que les había advirtido que corrían peligro de “caer en la paranoia militar” por hacer su trabajo en una villa.
Yorio y Jalics fueron secuestrados en marzo de 1976 en el Bajo Flores y liberados seis meses tras ser torturados. Bergoglio precisó que se reunió dos veces con el dictador Jorge Videla y otras dos, en duros términos, con el fallecido Emilio Massera.
La Iglesia Católica dejó trascender que Bergoglio compareció “en orden y sin sobresaltos” y “pudo explayarse en un clima tranquilo”. Los querellantes, en tanto, sostuvieron que indagaron con ahínco al cardenal para pedirle detalles que no obtuvieron. “Fue evasivo. Bergoglio no fue un colaborador de la Justicia”, afirmó el abogado Luis Zamora. El interrogatorio a Bergoglio lo pidió Zamora, después de que una testigo de la causa ESMA dijo que el cardenal facilitó el secuestro de los curas al quitarles la protección de la Iglesia.
Fuente: larazon
