Alejandro Vanoli, presidente de la Comisión Nacional de Valores, defendió en una entrevista con LPO las barreras comerciales: «Hasta Obama lanzó medidas de compre nacional». Pero advirtió que «los empresarios tienen que invertir y aumentar la productividad y no aprovechar la protección para generar más inflación». Además, analizó el mercado financiero: “El que apostó al plazo fijo perdió, hoy es negocio invertir en la economía real”.
Alejandro Vanoli, presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV) desde finales de 2009, recibió a La Política Online para hablar de las debilidades del mercado financiero argentino, la necesidad de controlar los flujos de capitales que entran al país, la estrategia con respecto al dólar en 2011 y los límites a las importaciones.
Descontracturado, en los cómodos sillones de su oficina del microcentro, Vanoli, que desde 1988 ha ocupado cargos en la CNV, el Banco Central y el Ministerio de Economía, profundiza un discurso que cuestiona las calificadoras internacionales de riesgo, y explica por qué los gravámenes a la renta financiera alcanzan a tan pocos en el país.
¿En este año de elecciones se mantendrá una estrategia de dólar planchado?
La política monetaria que lleva adelante el gobierno es la de tratar de administrar la flotación del tipo de cambio en términos de ir manteniendo la competitividad, evitando que haya una apreciación excesiva del peso, pero también tratando de preservar la estabilidad financiera.
Movimientos bruscos del tipo de cambio generan reacciones toscas en los argentinos, si el dólar sube unos centavos muchos temen. Ciertos medios de prensa exacerban estas reacciones, entonces es importante que quede en claro que el BCRA tiene la capacidad de ir administrando.
No se percibe ninguna tensión cambiaria. Si hay una buena experiencia es la flotación administrada. Los pilares que determinan que haya estabilidad cambiaria tienen que ver con el hecho de que hay un frente fiscal razonable con superávit.
El superávit externo se reduce pero tiene margen de maniobra. Las perspectivas son que el nivel de reservas se va a mantener a pesar de que se pague deuda con reservas. La administración del tipo de cambio es compatible con una recomposición del nivel de reservas que permita seguir con el desendeudamiento.
¿Cree que son suficientes las trabas a las importaciones para asegurar un desarrollo de la industria?
La Argentina usa mecanismos aceptados por la Organización Mundial del Comercio. Todos los países, incluso los que tienen un discurso librecambista, defienden su mercado interno. Proteger sectores sensibles es absolutamente legítimo, necesario, y más en un mundo inestable que tuvo una crisis.
Es muy importante defender el equilibrio externo con medidas legitimas, tratando de evitar que haya dumping y por otro lado generando mecanismos sustitutivos, tratando de promover sustitución de importaciones, que haya un equilibrio en el balance de divisas, que haya mecanismos de compensación que permitan importar y tratando de reducir aquellas importaciones que no son necesarias para el proceso productivo. Esto tiene que ver con un proceso que es global y que están haciendo todos los países. El propio Obama puso mecanismos de compre-nacional.
¿Pero no genera inflación que se corte la entrada de productos cuya oferta aquí no podrá satisfacer la demanda?
Eso hay que verlo caso por caso. Esta protección implica también para los sectores empresarios locales una responsabilidad de evitar, como muchas veces pasó en la historia, que esta protección se convierta en una patente para actividades rentísticas. Esto tiene que tener como compromiso aumentar la productividad, la oferta, invertir, pero no aprovecharse de la situación y generar más inflación.
Hay una recuperación del estado como un actor que regula y da el marco de la actividad económica, y el gobierno va a dar todos los elementos que generen las condiciones para evitar que esta protección termine siendo usada para formar abusos en márgenes que no sean razonables.
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¿Cómo afectaron los conflictos internacionales de los últimos meses al mercado financiero argentino?
En el último trimestre del año pasado veníamos teniendo un crecimiento fuerte en las operaciones de la bolsa porteña. El MERVAL había subido prácticamente un 70%. Luego, en el verano, vino un periodo de retracción del volumen de transacciones, particularmente a fines de enero por una estacionalidad lógica del período y luego por el conflicto en los países árabes.
Pero como la Argentina no sale al mercado, momentos de disrupción en los mercados financieros globales tienen un impacto poco importante en la economía local. Sí, miraría con más cuidado el tema estructural de fondo que pasa en Europa, en España particularmente porque hay una vinculación comercial mucho mayor.
El nivel de operaciones en el mercado financiero argentino es muy bajo, ¿se puede revertir esta situación?
El mercado se encuentra más desarrollado en cuanto a lo que es el financiamiento primario, pero el mercado secundario es chico. En números agregados hay un fuerte crecimiento en cuanto el volumen de emisión en el mercado (cuyas cifras anualizadas están dando un 150% más de operaciones que en 2010).
En este aumento importante en la emisión de obligaciones negociables y del fuerte crecimiento en fideicomisos financieros podemos señalar que tenemos un crecimiento muy equilibrado, pero todavía desde niveles de apalancamiento muy bajos.
Hemos tenido una caída a 500 puntos del riesgo país, que, si bien todavía no reflejan la realidad argentina, demuestra que las perspectivas son buenas.
Actualmente, hay varias empresas de distintos sectores iniciando sus trámites en la CNV para comenzar a financiarse. Por eso prevemos un crecimiento que duplique el financiamiento en 2011 con respecto al 2010 y que triplique los niveles con respecto al 2009.
¿Se intentará atraer al consumidor minorista al mercado de capitales?
Hay que buscar que también entren minoristas, y no como en el pasado solo inversores institucionales y grandes. Estamos generando distintas iniciativas que tienden a promover la educación financiera y la difusión de las oportunidades que hay en el mercado.
Hemos convocado a las entidades de las bolsas y mercados para que nos acompañen y esto requiere de un rol de articulación.
El portafolio de los argentinos estaba muy concentrado en el colchón, en los plazos fijos cortos. El que apostó a eso en estos años no le fue bien. Incorporar activos que estén ligados a la economía real implica tener una alternativa que permite administrar mejor el ahorro.
Los capitales especulativos
Hay mucha liquidez presionando por ingresar al país y al resto de la región. ¿Hay temor que sean sólo capitales especulativos?
La experiencia argentina e internacional es que los capitales especulativos generan muchas distorsiones, acá lo vivimos en la convertibilidad. Controlar la entrada de capitales es ahora fundamental.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) sacó el año pasado un documento especial donde reconoce que los controles de capital pueden cumplir un rol prudencial. Pero el mismo FMI, diez años atrás quería limitar la capacidad de los países de implementarlos.
Hay un reconocimiento universal que los flujos de capital de corto plazo son distorsivos. Se justifica plenamente mantener las restricciones prudenciales que tenemos y mantener las bases de crecimiento que son los capital productivos, de mediano y largo plazo, bien administrados y sobre todo, dada la inestabilidad internacional que hay y dada nuestra experiencia, tener una actitud muy prudente en cuanto al financiamiento externo.
Es como la historia del borracho: Argentina tuvo una experiencia muy negativa en los noventa, entonces de alguna manera tiene que pasar por una sequía de deudas corto-placistas, y en este sentido los números son prometedores: sólo un 48% de deuda sobre el PBI.
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¿Hay que retener esos capitales o seguir creciendo con lo nuestro? ¿Cómo se encauzan esos capitales al sector productivo?
En este mundo convulsionado, depender de nuestros propios recursos es una estrategia que fue exitosa, en contraste con los 90 y hay que mantenerlo.
Las señales de política económica demuestran que en Argentina es negocio producir. Hoy tenemos una tasa de interés moderada, a diferencia de las tasas ultrapositivas que generaban que la renta en Argentina durante mucho tiempo fuera para lo financiero; hoy es mucho más rentable la situación productiva.
Hay que garantizar una regulación que promueva los instrumentos que invierten en la economía real y por otro lado todavía debemos diseñar el sistema financiero. Cuando desde la política pública se generan los caminos para establecer condiciones buenas para los créditos que se invierten en la economía real, también das señales para evitar que el crédito se mantenga dentro de la esfera financiera pura y vaya a los sectores que tiene que ir. Es un proceso largo.
Las calificadoras
A pesar de la cantidad de capitales que intentan entrar al país, usted sigue reclamando que las calificadoras de riesgo estimen mejor a Argentina.
Todos los países se quejan de las calificadoras. Pero las calificaciones de riesgo tienen una importancia grande porque muchos inversores las siguen mirando y esto determina comportamientos de determinados capitales de inversión institucionales globales.
Las calificadoras de riesgo tienen un sesgo anti-argentino. Si la calificación tuviera un correlato con los números de la serie 2003/2010, se ampliaría la base de inversores y se reduciría la tasa de interés, lo cual no solo beneficia al estado soberano argentino, sino también a las empresas privadas. Ahora bajaron el riesgo país de 1600 a 500, pero no es suficiente.
Si bien es cierto que todo el mundo está con un sabor amargo con respecto a las calificadoras (en el congreso de Estados Unidos hubo un debate dónde también se las critico fuertemente y hay un acuerdo del G20 de reducir la dependencia de las calificadoras), todavía tienen una incidencia a pesar de la mala praxis en la que han incurrido para determinar la cantidad de crédito y su precio. Ahora los superintendentes de entidades financieras del mundo están tratando generar mecanismos para volver a generar modelos de supervisión públicos.
¿Por qué no se grava aún más a la renta financiera?
Es un tema muy controvertido. Es importante que todas las rentas estén gravadas, pero el mercado de capital es chico, incipiente y hay que fomentarlo aún, así que no hay que gravar a todos.
Hoy en Argentina a alguien que compra una empresa y la vende diez veces más cara no se le tributa nada, la ganancia de capital no está gravada. En muchos países desarrollados pasa lo contrario.
También, cuando se trata de cobrar renta financiera podemos hablar de gravar aquellas utilidades y dividendos de empresas que no están en el mercado. Si se decide avanzar sobre ir gravando rentas exentas, uno podría ir examinando gravar rentas sobre el capital o estimular la reinversión de aquellas empresas que no están en la oferta pública.
Así, se justificaría tener un tratamiento diferenciado para las empresas que están en la oferta pública porque los requisitos de información son mucho mayores y las empresas por estar sujetas a más controles, deberían pagar menos impuestos.
Fuente: lapoliticaonline.com