30 de mayo de 2011,Lima, 30 may (PL) Opiniones divididas motiva hoy el debate final entre los candidatos presidenciales Ollanta Humala y Keiko Fujimori, que intensifican sus campañas para la elección final peruana del domingo próximo.
Con solo cinco días de campaña pendientes, pues úmicamente se permite el proselitismo hasta el viernes, los candidatos tratan de ganar indecisos para definir a su favor una contienda que, según las encuestas, se presenta cerrada, pues las diferencias son menores a los márgenes de error.
Los seguidores de cada candidato dan al suyo como ganador, mientras se multiplican las encuestas por Internet y radioemisoras, sobre quien fue el ganador, sin que los contendientes hayan tropezado como para salir netamente perdedor.
Humala estuvo firme en señalar la relación entre su rival y el gobierno de mano dura de su padre, Alberto Fujimori, así como las violaciones masivas de derechos humanos y la gran corrupción registradas bajo esa administración.
Puso particular énfasis en el silencio de la candidata, en su condición de mujer, ante la esterilización no consentida de 300 mil mujeres durante aquel gobierno (1990-2000), y la presencia en su entorno de colaboradores del mismo.
Keiko Fujimori negó que sea responsable de esos hechos y reclamó ser diferente a su padre -preso por graves crímenes- aunque es inocultable que su movimiento reivindica al preso.
La candidata trató de jaquear a Humala criticándolo por haber matizado el programa con el que ganó la primera vuelta electoral (sin mayoría absoluta) el pasado 10 de abril, en función de su política de alianzas,
El candidato del bloque progresista Gana Perú reiteró al respecto que su partido tuvo que concertar para buscar consensos democráticos, pero no ha renunciado a realizar un proceso de cambio contra la desigualdad y la corrupción y para que el crecimiento económico llegue a todos.
En el mensaje de cierre del debate, Fujimori dejó en claro que propugna la continuidad del modelo neoliberal iniciado por su padre en 1990 y ejecutar programas de alivio social.
En una alusión a la herencia de su padre dijo que ha cargado (desde 2000) una «pesada cruz», sin críticas puntuales a esa administración.
Humala cerró su intervención advirtiendo que el domingo próximo el país no solo elegirá un nuevo presidente sino también definirá un nuevo rumbo del país.
Ofreció defender la democracia, concertar inclusive con su contendora, lograr un crecimiento económico de 50 por ciento en los cinco años de su posible administración y dar seguridad a la población, ante la delincuencia.
Tras señalar que no indultará a ningún criminal -alusión al padre de su rival y otros presos por corrupción- llamó a votar «con confianza, sin miedo y con memoria».
Escrito por Manuel Robles Sosa
