La papelera finlandesa UPM-Kymmene cerrará dos plantas y despedirá a 1.170 empleados. Para achicar costos, suplirá producción con la pastera sudamericana
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«Los cierres planteados son muy desafortunados para los trabajadores afectados, pero la reestructuración es la única forma de lograr una mejora fundamental en los costos de competitividad de nuestra actividad papelera», dijo a través de un comunicado el presidente de UPM, Jyrki Ovaska.
La compañía escandinava planea cerrar una planta en Kouvola (Finlandia) y otra en Albbruck (Alemania) hacia fines de este año. Además, reducirá la capacidad de su fábrica de la también localidad alemana de Ettringen, y tiene la intención de vender la de Stracel, cerca de Estrasburgo (Francia), en un plazo de un año.
«Así respondemos al desafío de la sobrecapacidad en materia de papel de revista», explicó el directivo Jussi Pesonen, para quien, sin embargo, estos recortes «no bastan para solucionar» totalmente los problemas provocados por la «sobrecapacidad» y los precios en el sector.
Para intentar cubrir el faltante que le provocará esta situación, la ex Botnia posee una pastera en la localidad uruguaya de Fray Bentos, justo frente a la ciudad argentina de Gualeguaychú.
Esta planta puede producir más de un millón de toneladas de pasta de celulosa. Inaugurada en noviembre de 2007, la fábrica generó un prolongado conflicto entre ambos países, que terminó con un fallo de la Corte Internacional de La Haya, que le permitió seguir operando, por considerar que no contamina el medio ambiente.
UPM-Kymmene anunció a principios de agosto un aumento del 75% de sus ganancias en el tercer trimestre con respecto al mismo período del año anterior.
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