La Universidad de Buenos Aires (UBA) criticó con dureza la situación de las estadísticas públicas en el informe que hizo público el viernes sobre el Indec y la metodología para elaborar el índice de precios al consumidor. Se trata del paper que, como miembro del Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento del Indec (CAES), entregó al ministro de Economía, Amado Boudou.
En el reporte, uno de los cinco que las universidades públicas entregaron a Boudou, la UBA destacó que “la información brindada en el primer informe del Indec al CAES (hace más de un año) pone en evidencia la criticidad de la situación institucional” del organismo.
“Desde enero de 2007, la credibilidad pública en las estadísticas elaboradas por el Indec se ha visto disminuida”, aseveró la UBA. A fines de ese mes, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, dispuso la intervención del organismo. “Este estado de incredulidad pública fue, de hecho, admitido por las propias autoridades económicas nacionales al convocar al CAES”, recordó la UBA, en una alusión a Boudou, quien pidió el informe a las universidades y luego defendió el IPC oficial.
Para dar cuenta de la falta de credibilidad, la UBA acudió al ejemplo de las negociaciones paritarias. “(En) Las negociaciones salariales (…) fue evidente la ausencia de toda referencia a las variaciones de precios que reflejan las estadísticas oficiales”, indicó.
Luego, casa de estudios dirigida por el rector Rubén Hallú comparó la evolución de precios del IPC con las estadísticas de varias provincias y aseveró que desde 2007 se perdió la correlación que solían tener. Criticó los cambios metodológicos dispuestos por el Indec en 2008 e indicó que esas variaciones no deberían haber provocado “las discrepancias que son motivo del debate en el país”.
“No es posible considerar al IPC elaborado por el INDEC como una medida fiable del nivel agregado de los precios del consumo, ni como un indicador adecuado para emplear como deflactor a efectos de estimar variables como el tipo real de cambio o el salario real o los niveles de pobreza”, señaló la UBA. Y, en relación a la defensa de los índices que planteó la dirección del Indec, aseveró: “Los argumentos presentados por el Indec, en tanto, no levantan las dudas sobre la calidad del índice, ni modifican la percepción acerca de la existencia de problemas en la estimación de la serie del IPC”.
La UBA destacó que desde 2007 sólo diez de los 36 cargos directivos del Indec han sido cubiertos de forma regular, mientras otros 13 fueron ocupados de forma transitoria y otros tantos quedan vacantes.
Funte: cronista