El economista Luis Palma Cané advirtió hoy que «Argentina no está blindada» ante la crisis internacional y estimó que el país va a «sufrir» si se produce una recesión mundial, en especial si se ralentiza el crecimiento de Brasil, su principal socio comercial.
En entrevista con DyN, el consultor atribuyó la crisis internacional a «la falta de liderazgo político que afecta a la Unión Europea (UE) y a los Estados Unidos» y describió el estado actual de la economía global como de «desaceleración» que, según alertó, «puede derivar en una recesión si no se aplican medidas ‘de manual’ a tiempo».
«Ante un escenario desfavorable, que aún se puede evitar, el país no está blindado», advirtió Palma Cané, en sintonía con lo expresado ayer por el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren.
El economista remarcó que «se dice que la Argentina está bien parada porque no acude a los mercados de capitales para pagar su deuda, pero no lo hace porque no puede, no porque no quiere».
«En un eventual escenario de recesión global el comercio exterior va a caer. En nuestro caso, caería la demanda de los principales productos que exportamos, alimentos, particularmente el volumen y el precio de la soja», alertó.
Argentina tiene en Brasil a su principal socio comercial, delante de China, con un comercio bilateral que alcanzó los 3.640 millones de dólares el mes pasado y un déficit de 774 millones para el país, según datos de la consultora abeceb.com, que estimó que el saldo deficitario con la principal economía de América Latina será de 6.500 millones al terminar el año.
El mes pasado las ventas argentinas a Brasil alcanzaron los 1.433 millones de dólares, un aumento de los envíos de 5,9 por ciento interanual, mientras que las compras de bienes de origen brasileño alcanzaron 2.207 millones de dólares, un incremento interanual de 18,1 por ciento.
Ayer, De Mendiguren salió a advertir que el país «no está blindado» frente a la crisis» y que «el problema lo empezamos a tener en casa», mientras señaló que «el peor escenario para nosotros sería que Brasil deje de crecer».
Ello, en un contexto de devaluación del real, del orden del 14 por ciento el mes pasado, una caída de la demanda de los consumidores brasileños (-0,3 por ciento en septiembre), y una baja prevista a seis por ciento en la demanda para todo 2011, la mitad que en 2010.
Sobre la crisis internacional, Palma Cané señaló que «se trata de un proceso de desaceleración antes que una recesión, porque se ha atenuado el ritmo de crecimiento de las principales economías, pero sigue habiendo crecimiento».
«Está pasando con Brasil y con China», que, «si nos dejan de comprar, nos va a impactar en lo comercial pero, también, en lo fiscal» por el menor ingreso de dinero a las arcas públicas en concepto de retenciones a las exportaciones, añadió.
Para el economista, «no está clara cuál será la salida a la crisis. El proceso actual podrá terminar en una recesión o, es lo deseable, en un crecimiento y recuperación de las economías».
«Para evitar lo primero se deben aplicar medidas económicas ‘de manual’, se debe coordinar un plan entre varias economías como se hizo en 2008. Pero por ahora no ocurre por la falta de liderazgo en la Unión Europea y en los Estados Unidos», fustigó.
«Se deben dejar de lado pretendidas políticas de ajuste fiscal porque la prioridad ahora es crecer y evitar el desempleo. Se deben impulsar planes de crecimiento, con menos impuestos y más obra pública», enfatizó.
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