Legislatura Hoy

Leyes y políticas

Frente al sindicalismo y cerca del empresariado

En los últimos días, el conflicto entre Cristina Fernández de Kirchner y el sindicalismo ha ganado el centro de la escena política. El analista y titular del Centro de Estudios Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, analiza este presente

Por Rosendo Fraga

El conflicto entre la Presidente y el sindicalismo ocupa el centro de la escena política. Con el empresariado alineado con el gobierno y la oposición política desarticulada, el sindicalismo aparece como la oposición más relevante frente al gobierno de Cristina. La participación obrera en las ganancias -reclamada en forma reiterada por Moyano- se ha transformado en una diferencia central, ya que la Presidente ha rechazado públicamente el reclamo, planteando que el tema debe ser negociado en el ámbito empresarial pero sin una norma legal. Un dirigente próximo a Moyano (Piumato), ha pedido que la iniciativa se amplíe también a los estatales, encontrando la fórmula para hacerlo. El titular de la CGT también ha reclamado un bonus de 2500 pesos para todos los trabajadores con motivo de las fiestas de fin de año y ha dicho que no hay topes en la negociación salarial que se realiza en paritarias. Por su parte el Ejecutivo está reaccionando con dureza, habiendo consultado a la Corte sobre si convalidará o no la intervención de los gremios aeronáuticos que están en conflicto con la conducción de Aerolíneas Argentinas, en manos de La Cámpora. A ello se agrega la decisión del gobierno de desconocer el acuerdo salarial del gremio rural con el empresariado del sector. El Ejecutivo decidió imponer a las partes un acuerdo menor, desconociendo lo acordado en paritarias. Esta decisión podría ser el antecedente de una nueva política para enfrenar al sindicalismo. Dentro del mismo, mientras Moyano alinea a los gremios del transporte y a sectores antikirchneristas, el sector conocido como Los Gordos se ha alineado con la Presidente en este conflicto, pero coincide con el titular de la CGT en rechazar el tope a los salarios y comienzan a apoyar su permanencia en el cargo hasta el final de su mandato.

El conflicto de Aerolíneas Argentinas pone en evidencia la preferencia de la Presidente por La Cámpora, pero también se confirma que el núcleo del gobierno seguirá en la próxima etapa. Los economistas más destacados de esta agrupación juvenil ejercen la Vicepresidencia y la Gerencia General de la empresa. La Presidente ha decidido respaldarlos frente a la protesta y la crítica sindical, para preservarlos políticamente. Pero para hacerlo ha recurrido a la experiencia del ministro de Infraestructura y Planificación (De Vido), quien intenta evitar que la crisis de la empresa aérea genere más daños políticos. El ajuste de la empresa ha sido definido desde su Ministerio. En el equipo que acompañará a Cristina a partir del 10 de diciembre, De Vido puede ampliar sus funciones, Moreno tendrá una posición relevante dejando a una funcionaria de su confianza (Pagliere) en Comercio, y se mantiene en el cargo al Secretario Legal y Técnico de la Presidencia (Zannini). Es decir que frente a las dificultades surgidas en las semanas posteriores a la elección, la Presidente se ha respaldado en la experiencia de estos funcionarios y no en las propuestas de La Cámpora ni en las opiniones del ministro de Economía y Vicepresidente electo (Boudou). Estos sectores tendrían menos peso en el nuevo equipo de gobierno que lo esperado semanas atrás.

Este enfrentamiento entre la Presidente y el sindicalismo la acerca al empresariado. El discurso de Cristina Kirchner en la conferencia anual de la UIA tuvo un tono cordial hacia el empresariado en los mismos términos que el del año pasado, pronunciado semanas después de la muerte del ex Presidente. Algo similar sucede con su discurso ante la Cámara Argentina de la Construcción esta semana. Pero la diferencia está en que un año atrás no estaba planteada la confrontación con Moyano en los términos que está hoy. Tras el discurso, la Presidente se reunió a solas con el titular del grupo Techint (Paolo Rocca), que estaba enfrentado con el gobierno, buscando superar el conflicto. Pero al mismo tiempo, desde esferas oficiales se impulsó la investigación sobre trabajadores desaparecidos en dicho grupo durante el gobierno militar. La ministra de Industria y Producción (Georgi) ratificó la política de limitar las importaciones; desde el gobierno se planteó a las automotrices sumarse al acuerdo para no girar ganancias durante los próximos 12 meses, acordado con Peugeot; legisladores del oficialismo volvieron a hablar de un impuesto a la renta financiera; la Presidente ratificó que deben exportarse tantos libros como se importen y el secretario de Comercio que los productores de cine y televisión deben exportar tantos dólares como los que reciben como subsidio. Puede existir una modificación del lenguaje frente a la UIA, como sucedió también en 2011, pero claramente no hay un cambio de política.

Mientras tanto, el gobierno no modifica su rumbo ideológico ni su enfoque en política exterior. La creación del Instituto Nacional del Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano implica buscar desde el Estado imponer una interpretación de la historia de acuerdo al relato político del oficialismo. En la provincia de Buenos Aires, el Vicegobernador (Mariotto) encabezó un encuentro de la militancia bonaerense con la participación del jefe de Gabinete Aníbal Fernández y Hebe de Bonafini, sin invitar a nadie alineado con el gobernador Daniel Scioli. El ministro de Economía volvió a criticar a los diarios Clarín y La Nación y sostuvo que el desendeudamiento sigue siendo clave para el modelo, descartando -por lo menos públicamente- que se intente retornar a los mercados. Los intelectuales kirchneristas, reunidos en Carta Abierta, respaldan la gestión de Aerolíneas Argentinas como un gesto de militancia. En cuanto a la política exterior, el intento de acercamiento con EEUU sigue mostrando sus límites. Legisladores de dicho país refutaron los reclamos de la Presidente argentina de que se mantengan las preferencias comerciales para el país y un informe de la Administración Obama ubica a la Argentina como el país más sospechoso en operaciones de lavado de América Latina después de Venezuela. Un acuerdo con el Club de Paris, no tiene ni prioridad ni urgencia para el gobierno. Esta semana la Presidente viaja a Caracas para participar en la Cumbre de Jefes de Estado de América Latina y el Caribe (CELAC), pero un día antes firmará con Chávez un acuerdo para participar en un plan bolivariano de viviendas populares. Ello sucede cuando en el contexto del agravamiento de la crisis financiera global, Argentina ha pasado a ser calificado como el país de la región con mayor riesgo de default, superando a Venezuela.

En conclusión: con la oposición política desarticulada y la mayoría del empresariado alineado con el oficialismo, el sindicalismo liderado por Moyano ha pasado a ser la principal expresión opositora; el conflicto de Aerolíneas ratifica la preferencia de la Presidente por La Cámpora, pero también la influencia del núcleo de funcionarios que da continuidad al kirchnerismo (De Vido, Moreno y Zannini); el enfrentamiento de la Presidente con Moyano es la situación política que la acerca al empresariado, más que los discursos ante foros empresarios y mientras tanto el rumbo ideológico y la política exterior se mantienen sin cambio.

Agenciacna.com

Debes estar conectado para publicar un comentario.