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La gente reclama en Barcelona la independencia de Catalunya

«Se preveía histórica y ya lo es. Una marea humana como nunca se había visto en Barcelona -se calcula que hay un río de 3 kilómetros de gente ocupa todo el Passeig de Gràcia y la Via Laietana- colapsa este Onze de Setembre las céntricas calles de la capital catalana con distintas reclamaciones catalanistas, aunque con una mayoría aplastante favorable a la independencia de Catalunya. No en vano, la manifestación de la Diada estaba convocada con este fin y la pancarta de la cabecera no engañaba a nadie: «Catalunya, nuevo estado de Europa»», relató el cronista Jaume Pi, del diario La Vanguardia, de Barcelona.

«Si no hay acuerdo [sobre el pacto fiscal], el camino hacia la libertad de Catalunya está abierto. Y tendremos una clara prueba de ello esta tarde», ha proclamado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que ha reclamado a los catalanes que asistan a la manifestación independentista que lo hagan con «civismo», y que «no lo hagan contra nadie».

En su opinión, «cualquier pequeño altercado sería magnificado» por aquellos que están en contra de las reivindicaciones nacionales de Catalunya.

El colapso es absoluto en el centro de Barcelona. Los manifestantes más veteranos comentan que supera las grandes movilizaciones que ha vivido Barcelona para reclamar la Autonomía del 77, protestar por el asesinato de Ernest Lluch, contra la guerra de Irak en 2003 y la manifestación de hace 2 años contra la sentencia del Estatut.
Horas antes de la manifestación ya era casi imposible transitar por el centro. Miles de banderas independentistas han tomado las calles.

Al arranque de la movilización, miles de personas iban subiendo por la Via Laitena y el departamento de Interior ha pedido a los ciudadanos que accedieran a la marcha a través de la cola de la misma, por los accesos de la calle aragón y la Avenida Diagonal.

Sin embargo, las peticiones han caído en saco roto y la multitud que ha llenado la Via Laietana ha impedido que la cabecera haya podido avanzar con comodidad. Por ello, los miembros de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), los convocantes de la manifestación, han decidido que la manifestación no avance y una pequeña comitiva ha tomado un atajo para poder llegar hasta el Parlament de Catalunya, donde serán recibidos por la presidenta Núria de Gispert.

En la cabecera de la marcha, han acudido los expresidentes del Parlament, Joan Rigol y Ernest Benach, el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol; y varios alcaldes de municipios catalanes, como el de Vic, Josep Maria Vila d’Abadal, o el de Girona, Carles Puigdemont, ambos de CiU y líderes de la Associació Municipis de per la Independència.

Pujol ha interpretado que la manifestación es una declaración de «rechazo al trato» que España está dispensando en los últimos años a Catalunya. «Necesitamos los medios económicos, administrativos y políticos que creíamos que íbamos a tener y que tras la sentencia del TC contra el Estatut se nos niega», ha declarado. Pujol ha afirmado que el conjunto de España «tiene que tener respuesta a esto y no puede dar la sensación de que en Cataluña no pasa nada».

Imposible contar el número de senyeres y estelades (bandera independentista catalana) han llenado de color la marcha que se ha desarrollado con absoluta normalidad y de forma pacífica. De hecho, la marcha ha destacado por su carácter familiar. Ciudadanos de todos los pueblos y ciudades de Catalunya se han desplazado hasta la capital para congregarse a favor de la independencia y los gritos y cánticos a favor de la misma han sido los auténticos protagonistas.

Los políticos han quedado en segundo plano en la manifestación. Sin embargo, muchos de ellos también han querido acompañar a los manifestantes. Hasta seis partidos con representación en el Parlament de Catalunya han asistido oficialmente a la marcha: CDC, UDC, ERC, ICV, EUiA y SI. El PSC ha preferido no asistir oficialmente.

Sin embargo, miembros de la llamada ala catalanista de los socialistas catalanes se han desmarcado de la posición oficial de su partido y han acudido a la movilización ciudadana: entre ellos, los exconsellers Ernest Maragall, Antoni Castells o Marina Geli y los miembros de la Ejecutiva, Àngel Ros y Joan Ignasi Elena.

A falta del presidente de la Generalitat, Artur Mas -que excusó su ausencia en su rol institucional en el mensaje de la Diada-, la máxima personalidad que ha acudido a la protesta ha sido de la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, quien ha asegurado que «nadie hace callar» al pueblo catalán, y se ha mostrado impresionada por la masiva participación ciudadana. Ha asegurado que el 20 de septiembre, día en el que el presidente Artur Mas se reunirá con Mariano Rajoy en Madrid, «no se acaba ningún camino», y ha asegurado que esta Diada marcará un punto de inflexión.

La vicepresidenta de la Generalitat ha encabezado la delegación de CiU en la manifestación junto a otros cinco consellers y Helena Rakosnik, esposa de Mas. Han acudido a la marcha los consejeros de Economía, Andreu Mas-Colell; Bienestar y Familia, Josep Lluís Cleries; Salud, Boi Ruiz; Educación, Irene Rigau; y Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural, Josep Maria Pelegrí. Junto a ellos están el vicepresidente primero del Parlament, Lluís Corominas; el secretario del Gobierno autonómico, Germà Gordó, y el secretario tercero de la Mesa del Parlament, Josep Rull.

Urgente24

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