El presidente uruguayo adelantó que tiene «resuelto» la posición que adoptará frente al pedido de la pastera, pero evitó anunciarlo ante la prensa. «Primero se lo comunicaré a las partes», argumentó. Reunión clave en la Cancillería.
Por: Martin Piqué
El presidente uruguayo, José «Pepe» Mujica, alimentó ayer el misterio sobre cuál será la decisión de su gobierno sobre el futuro inmediato de la planta finlandesa UPM (ex Botnia). La fábrica de pasta de celulosa quiere ampliar su producción en un 20% a partir del miércoles 25 de septiembre, cuando retome sus tareas tras una inactividad de 9 días por mantenimiento. Para ampliar la cuota anual de celulosa de 1,1 millón de toneladas a 1,3 millón al año, UPM deberá contar con una autorización previa del gobierno del Frente Amplio. Ayer, consultado por este tema, Mujica dijo que ya tiene decidido qué hacer, pero que primero se lo comunicará a las partes. «Lo tengo resuelto en mi cabeza. No les voy a contestar nada porque ustedes dicen cualquier pelotazo (sic). Después no entienden y allá repican los pelotazos y se enloquecen en Gualeguaychú», adelantó el mandatario oriental en su habitual estilo campechano.
Las declaraciones de Mujica, que fueron bastante crípticas, tuvieron su impacto en este lado del río. Ayer se supo que el canciller Héctor Timerman, quien se encuentra en Rusia acompañando a la presidenta, recibirá el lunes próximo al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. En la reunión, que había sido solicitada por Urribarri, se repasará la actualidad del litigio con Uruguay por la instalación de UPM. El gobernador irá a la audiencia en la Cancillería junto al senador nacional por Entre Ríos Pedro Guastavino, y al intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, ambos del FPV. Uno de los temas de la charla será, indiscutiblemente, el informe elaborado por la delegación argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), fechado el 27 de agosto y con firma del embajador Hernán Orduna.
Las conclusiones de ese informe son lapidarias. El documento asegura que la información sobre impacto ambiental presentada por el gobierno de Mujica, a través de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) del país limítrofe, «es insuficiente». El informe también advierte que la ampliación de la cuota anual de pasta de celulosa producida por UPM violaría los acuerdos firmados por ambos países. Para completar el diagnóstico, la delegación argentina ante la CARU concluye en que la planta de UPM «ya superó el límite máximo de producción anual fijado en la autorización pertinente». «Al consentir esa conducta por parte del Uruguay, su accionar implicó ignorar e infringir el Estatuto del Río Uruguay, el Digesto, la propia normativa del Uruguay y lo ordenado por la Corte Internacional de Justicia en su sentencia del 20 de abril de 2010», señala el texto.
El propio Mujica reconoció que el aumento de la producción de la planta reabriría viejas heridas. Según declaraciones realizadas al semanario uruguayo Voces, que fueron reproducidas por la agencia ANSA, el presidente oriental deslizó que UPM está en condiciones de «producir 20 y pico por ciento más en la misma fábrica». Sin embargo, en el mismo diálogo, Mujica reconoció que la ampliación implicaría desconocer los acuerdos con la Argentina, que están vigentes. «Según los acuerdos que tenemos con la Argentina no pueden producir más», señaló. Desde la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, las palabras de Mujica y la proximidad del 25 de septiembre –fecha límite para los planes de la ex Botnia– ya comenzaron a producir efectos. El miércoles, los asambleístas presentaron una nota al intendente Bahillo: pidieron formar parte de la reunión con Timerman. «Hace 30 meses que los inspectores del Comité Científico entran a la planta una vez al mes y, sin embargo, todavía no se conocen los resultados», cuestionó José Pouler, uno de los voceros de la Asamblea. «
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