La presidenta de Brasil y actual candidata a la reelección recorrió en horario laboral y de forma sopresiva una unidad de salud en el municipio de Guarulhos, en la ciudad donde el sábado encabezará una caminata acompañada por el ex presidente y fundador del Partido de los Trabajadores, Lula da Silva.
La agenda de la mandataria fue armada precipitadamente ayer y los propios trabajadores de la unidad médica se vieron soprendidos ante la visita de la presidenta-candidata, incluso en la agenda oficial de Rousseff recién apareció esta actividad hoy a media mañana, consignó el diario Globo.
En el hospital, la presidenta conversó con médicos y a la salida, a eso de las 10.30, abrazó a niños que coreaban su nombre.
La mandataria estuvo acompañada por sus asesores y el jefe de campaña, Joao Santana, pero también por dos de sus ministros: Arthur Chioro, de Salud, y Thomas Traumann, a cargo de la Secretaría de Comunicación.
Los asesores informaron que lo de este lunes se trató de una agenda mixta, actividad de campaña y de presidencia porque el objetivo de la presidenta era acompañar el funcionamiento de esa unidad de salud que tiene 17 años, pasó por una reforma, y que además atiende mucha gente con seis médicos a cargo, dos de ellos cubanos pertenecentes al programa Más Médicos.
La semana pasada, en su primer acto de campaña, la presidenta recibió el apoyo de la Confederación Unica de Trabajadores (CUT) para un nuevo período y aprovechó para cruzar a su principal adversario por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) Aecio Neves, afirmando que ella no va a flexibilizar las reglas laborales, citó el diario Folha de Sao Paulo.
Por otro lado, analistas que citó la agencia Brasil247 creen que en 2010 la presidenta tuvo un escenario mucho más cómodo que el actual frente a las elecciones del próximo 5 de octubre.
En 2010 Brasil creció 7,5 por ciento, en contraste con una economía que en 2014 crecerá cerca del 1 por ciento, y por otro lado, en 2010 la mandataria le ganó las elecciones en segunda vuelta al socialdemócrata José Serra, con una ventaja de 11 millones de votos, de los cuales 10,7 millones llegaron desde los estados del Noreste brasileño, la región más pobre de Brasil.
El 70 por ciento de ese caudal vino de los estados de Bahía y Pernambuco, donde los candidatos a gobernador apoyaban a Rousseff.
Este año, en cambio, el mejor colocado en las encuestas en Bahía, Paulo Souto del partido Demócrata, apoya a Neves. Y en Pernambuco el voto del PT es disputado por el ex gobernador de ese estado y actual candidato por el Partido Socialista, Eduardo Campos.
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