Antes del 30 de mayo renunciarían a sus cargos de Secretario, Vicepresidente y Tesorero, Rodolfo D’Onofrio, Daniel Angelici y Matías Lammens. Sin estos tres cargos, el Gobierno estudiaría la intervención de la AFA por acefalía.
La Asociación del Fútbol Argentino es una olla a presión que a cada minuto está a punto de explotar. Las versiones dan vueltas una y otra vez y esta última que surgió desde las entrañas mismas del edificio de Viamonte habla de importantes renuncias que dejarían acéfala a la institución.
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Antes del 30 de mayo renunciarían a sus cargos de Secretario, Vicepresidente y Tesorero, Rodolfo D’Onofrio, Daniel Angelici y Matías Lammens. Sin estos tres cargos, el Gobierno estudiaría la intervención de la AFA por acefalía.
En caso de concretarse la intervención, automáticamente sería aprobado el proyecto de la Superliga y la Asociación del Fútbol Argentina tendría nuevos comicios el 30 de octubre.
Mientras tanto, este viernes está planeado un asado en el predio de Ezeiza, convocado por el mandamás de Boca, Angelici, para los treinta presidentes de primera donde el titular de Lanús, Nicolás Russo, propondrá una lista de unidad con Hugo Moyano como el candidato del consenso.
• El nacimiento de la Superliga.
La idea surgió de los principales clubes, que están decididos a formar la Superliga, una unión de clubes por fuera de la AFA, pero sin romper relaciones. El proyecto fue presentado por Marcelo Tinelli y comandado por todos los dirigentes de los equipos denominados «grandes».
La idea de reformar el fútbol argentino fue ganando fuerza, a tal punto que este viernes será presentada a todos los presidentes de Primera División. El formato que pretenden es el de España donde la Liga Profesional de Fútbol (lo que aquí sería la Superliga) se encarga de la comercialización de los derechos de la competencia y ayuda a la profesionalización de las estructuras del fútbol de la Primera y Segunda División y la Real Federación Española de Fútbol, donde sólo confluyen en la coordinación de los certámenes.
A la AFA le quedaría todo lo referido a las restantes categorías de ascenso y todo lo correspondiente a la selección argentina. La Superliga aportaría dinero a la AFA para el sustento de las divisionales más bajas.
Lo que se busca la Superliga es fortalecer el certamen y generar nuevos recursos, haciéndolo más rentable para potenciales inversionistas, un producto más atractivo para venderlo al exterior y más beneficioso para las economías de los clubes.
Veremos si los impulsores de la Superliga logran convencer al resto de los dirigentes, que están ofendidos por haber sido excluidos del nacimiento de la idea, de cambiar el formato del fútbol argentino. Se encontrarán con una fuerte resistencia que cree que esta idea es solamente para beneficiar a los clubes más poderosos.
Un nuevo capítulo de esta novela comenzará a escribirse el viernes, con final incierto.
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