El gobierno de Uruguay tiene definido transferir a los civiles la defensa nacional del país, que siempre estuvo en manos de las fuerzas militares.
El anuncio corrió por cuenta del ministro del área, Luis Rosadilla, tras la instalación del Consejo de Defensa Nacional (CODENA), un órgano asesor que integrán el presidente y los titulares de Defensa Nacional, Interior, Relaciones Exteriores y Economía y Finanzas.
«La política de defensa, el rumbo de la defensa que, históricamente fue manejada desde las Fuerzas Armadas y no por su responsabilidad sino por ausencia del sistema político, va a ir pasando al poder civil del país en mayores grados de conocimiento, de definición, en complementación con todos los actores del Estado, incluidos los militares», explicó Rosadilla.
Aclaró el ministro que el CODENA no tomará las decisiones finales en materia de ejecución, sino que servirá como insumo para el Poder Ejecutivo para discutir y decidir después, reportó la agencia Ansa.
Al CODENA le corresponde por ley «analizar las amenazas que pudieran poner en riesgo la soberanía e independencia» del país; analizar y proponer hipótesis de conflicto; sugerir la adopción de estrategias, aprobar los planes y coordinar las acciones necesarias para la defensa y realizar propuestas sobre asuntos relacionados con la defensa que, por afectar a varios organismos del Estado, exijan un tratamiento conjunto».
El anuncio del futuro recorte de funciones militares se da en medio de momentos de tensión entre el Ejecutivo y las FFAA por la inminente anulación de la llamada Ley de Caducidad, que hasta acá impidió juzgar muchas de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura (1973-1985).
En la conferencia, Rosadilla admitió que analizó renunciar al cargo, pero que el presidente José Mujica consideró que era «conveniente» que se quedara en el cargo «y cerró cualquier hipótesis».
A la anulación de una ley respaldada dos veces en sendos plebiscitos se sumó, para complicar la situación de Rosadilla, la aparición de un supuesto video en el que militares con sus caras cubiertas con pasamontañas amenazaban con acciones comandos para liberar a sus colegas presos.
«Soy un fiel militante de mi fuerza política, a ella me debo y sólo el presidente Mujica puede excusarme de las responsabilidades (como ministro)», remarcó Rosadilla.
Fuente: diariohoy.net
