El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se enfrenta con un renovado desprestigio como líder socialista y jefe del Ejecutivo español que impulsará los pedidos de dimisión y adelantamiento de las elecciones desde el Partido Popular (PP), gran triunfador en los comicios del ayer, e incluso desde algunas voces críticas dentro del PSOE.
“Esperábamos un mal resultado, pero es pésimo, aplastante”, comentó a Clarín.com un dirigente socialista amigo. La diferencia de votos es casi del 10% (9,74%) entre el PP y el PSOE, (37,58% a 27,,8%), lo que representa 2.197.944 votos, el peor resultado de los socialistas desde que llego al poder. En total, el PSOE ha perdido más de 4.500 concejales en los 8.100 municipios donde se renovaron autoridades.
El Partido Popular se ha fortalecido notablemente lo mismo que su líder, Mariano Rajoy, que ha visto compensado su falta de atractivo personal con un manejo muy exitoso del viaje al poder en las elecciones generales de marzo de 2012.
Los populares han sido el partido más votado en las 13 comunidades autónomas donde hubo comicios (menos Andalucía, Galicia, Cataluña y País Vasco). Aunque el PP obtuvo más votos que los socialistas en Extremadura, los socialistas se podrán mantener en el poder mediante una alianza con Izquierda Unida.
Los conservadores tendrán mayoría absoluta en Castilla y León, La Rioja, Madrid, Murcia, Valencia y podrá gobernar mediante pactos Asturias, Cantabria, Castilla la Mancha, Baleares, Canarias y Aragón. Se quedarían fuera del gobierno en Navarra y Extremadura. La victoria en las elecciones municipales tiene como joyas a Barcelona y Sevilla pero se extiende a la mayoría de los municipios y de concejales.
La conclusión es un gobierno y su titular muy debilitados que tienen que enfrentarse a una situación crítica de varios países europeos como Grecia, Irlanda y Portugal, que siempre terminan por asociarse a España.
Ayer España tuvo que pagar intereses máximos para vender sus bonos de deuda y también aumentaron los seguros. Ahora se esperan las próximas ruedas en las bolsas para saber si este fenómeno se profundiza y vuelve a poner a España, y a su gobierno, en una posición difícil.
Zapatero se reunió con la dirección de su partido y reiteró que no piensa dimitir para adelantar las elecciones. Nadie abrió la boca porque todos eran perdedores. Menos uno: Guillermo Fernández Vara, que se mantendrá en el gobierno de Extremadura pactando con Izquierda Unida.
Fernández Vara declaró que si “estuviera en el pellejo de Rodríguez Zapatero me plantearía adelantar las elecciones”. Además, indicó que la crisis que se ha desatado después de las elecciones aconseja no llegar a realizar comicios primarios para elegir un candidato principal a los comicios de marzo que viene.
Si el proceso de sustitución culmina con un solo candidato, muy posiblemente el vicepresidente Pérez Rubalcaba, no habrá necesidad de realizar las primarias. Parece que la mayoría de los dirigentes socialistas comparten este criterio.
