El fiscal habría definido su desembarco en la lista del Tano para presidir Boca mientras llevaba una causa por coacción y amenazas contra El Tano de la que se excusó supuestamente el mismo día del lanzamiento de su candidatura. Los detalles de la denuncia y el papel de la policía bonaerense.
Una denuncia del sindicato de los trabajadores de juegos de azar (Aleara) que encabeza Daniel Amoroso, complica al candidato del macrismo para presidir el club Boca Juniors, Daniel “El Tano” Angelici, y salpicaría al fiscal Carlos Stornelli, ex ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, que forma parte de la agrupación del Tano.
Angelici tiene una causa en contra en la secretaría n°4 del Juzgado Nacional Criminal y Correccional Federal n° 2, a cargo del juez Marcelo Martínez Di Giorgi, en la que se lo denunció por coacción, amenazas y violación de la ley de seguridad interior.
La denuncia la presentó el secretario gremial de Aleara, Guillermo Ariel Fassione, el pasado 20 de abril. Según el expediente al que accedió LPO, Fassione denuncia que el pasado 15 de abril, unas 100 personas del gremio se trasladaron a la ciudad bonaerense de Ramallo con motivo de manifestarse delante del bingo de esa localidad.
El bingo de Ramallo es el único de los 46 bingos que hay en la provincia de Buenos Aires que no está adherido al convenio colectivo de trabajo. Y es uno de los tres bingos que son propiedad de Angelici en territorio bonaerense.
Antes de llegar, los gremialistas fueron interceptados dos veces. Primero por la policía bonaerense y luego por Gendarmería nacional, que les requirieron los datos personales a cada uno de los manifestantes.
Desde el gremio se comunicaron entonces con las autoridades provinciales, que comunicaron que en la intervención de la bonaerense hubo una mano política. Es decir, que hubo un llamado de Angelici para que los manifestantes fueran interceptados.
Los trabajadores pudieron llegar al bingo de Ramallo, en donde El Tano los esperaba con sánguches de miga y un discurso en el que les prometía que se iba a encargar de que todo esté bien. Pero los gremialistas armaron una choriceada justo en frente de los tablones que había preparado Angelici, que enfureció.
Los delitos
Días después de ese suceso, los gremialistas comenzaron a recibir amenazas de muerte a raíz del listado con sus datos que les había requerido la policía bonaerense para facilitárselo a Angelici, que se encargó de llamar telefónicamente a cada uno de los lugares de trabajo de los manifestantes exigiendo que fueran despedidos.
Según la denuncia, el accionar de la policía bonaerense y Gendarmería viola el artículo 4 de la ley de Inteligencia Nacional (n° 25.520), que prohíbe a las fuerzas de seguridad obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas por el solo hecho de sus acciones privadas, u opinión política, o de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales, culturales o laborales, así como por la actividad lícita que desarrollen en cualquier esfera de acción.
Dicha normativa prohíbe también a los miembros de las fuerzas divulgar cualquier tipo de información adquirida en ejercicio de sus funciones a cualquier habitante, ya sean públicas o privadas, salvo que mediare orden o dispensa judicial.
La denuncia concluye que se habría realizado espionaje para una persona privada, en este caso Angelici.
El papel de Stornelli
En esa causa intervino el fiscal Carlos Stornelli, que ahora entró en el ojo de la tormenta por haber solicitado el archivo parcial del expediente supuestamente antes de excusarse de la causa por pertenecer a la lista de Angelici, que lo invitó para que conforme una comisión de Seguridad y de Estadio.
La participación de Stornelli en la lista de Angelici se definió en una cena que ambos mantuvieron junto a un grupo de jueces federales en la casa de Guillermo Montenegro, ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad y fanático de Boca.
Según el expediente al que pudo acceder LPO, el fiscal Stornelli se excusó el 19 de octubre pasado por formar parte de la lista de Angelici y ya había solicitado el archivo parcial del expediente el 8 de julio al considerar que no se había configurado el delito de violación de la ley de seguridad interior.
Stornelli pidió el archivo parcial basándose en que no se comprobó la existencia del listado de los datos de los trabajadores que se habría confeccionado para Angelici ni las denunciadas represalias hacia los trabajadores.
El problema de Stornelli en el asunto es su posible participación en simultáneo como fiscal de la causa contra Angelici y como candidato de la agrupación del Tano para presidir Boca.
Es que Stornelli se excusó el 19 de octubre, el mismo día en que el Tano lanzó su lista en un salón ubicado en la avenida Paseo Colón al 300. Esa noche, un periodista bien informado lo vio a Stornelli sentado junto a Angelici y les preguntó: “¿cómo están juntos ustedes si vos (Stornelli) lo tenés que investigar a él (Angelici)?”. Stornelli se puso colorado y argumentó que se había excusado de la causa.
Sugestivamente, el fiscal se excusó ese mismo día, aunque la parte denunciante sospecha que Stornelli incluso firmó su excusación (foja 104 del expediente) con una fecha anterior a la que realmente correspondía. De todos modos, la cena en la casa de Montenegro y el desembarco de Stornelli en la lista de Angelici se produjo mientras el fiscal llevaba la causa contra el Tano.
Para colmo, Stornelli le habría pedido al juez Martínez Di Giorgi que desista de continuar con la causa, pero el juez no le hizo caso y la causa sigue abierta.
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