No son Los Adams ni Los Benvenutto, ni Los Ingalls ni Los Simpson. En “Los Marziano”, el film de Ana Katz que se estrena el jueves, Francella y Puig interpretan a dos hermanos distanciados.
“Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera” fue uno de los consejos que dejó Martín Fierro. Pero cada uno, en la intimidad de su hogar, sabe si ésta siempre es una relación sanamente posible y perdurable o no. De este vínculo tan especial y estas historias fraternales eligió hablar la directora Ana Katz en su tercera película, “Los Marziano”, que se estrena el jueves en todas las salas.
Guillermo Francella encarna a Juan Marziano, que tiene dos hermanos: Luis y Delfina, interpretados por Arturo Puig y Rita Cortese. Los dos hombres están distanciados desde hace mucho tiempo, pero una extraña enfermedad de Juan lo obliga a viajar a Buenos Aires para hacerse estudios. Eso facilitaría una posibilidad de reencuentro entre ellos, aunque ambos están demasiado ocupados en sus “asuntos”: digitalizar cientos de cassettes, uno, y averiguar quién hace peligrosos pozos en su country, el otro. En el medio, su hermana y Nena (Mercedes Morán), la mujer de Luis, tratarán de que los hermanos vuelvan a encontrarse.
“Esta película es como mirar a una familia por el ojo de una cerradura, sin golpes bajos, llena de sutilezas”, analiza Mercedes Morán en la conferencia de prensa que se llevó a cabo luego de la proyección del film. “Cada uno de los hermanos tiene su mochila. El mayor (Puig) es el proveedor, un rol bastante conocido en muchas familias, el menor (Francella) es el que siempre está al borde del abismo, al que hay que ayudar, el que no tiene. Y yo soy una mujer separada hace muchos años que no se rinde ni se entrega, que siempre intenta que sus hermanos se acerquen, aunque sepa que nada va cambiar, que ellos van a seguir siendo como son”, cuenta Rita Cortese. Y apunta Morán: “Estos son vínculos que a todos nos resultan familiares y el trabajo artesanal que hacen estas dos mujeres para componer la relación es increíble. Es que las mujeres tendemos a hacernos cargo de los Francella e intentamos por todos los medios hacer que los Puig los ayuden”.
Atención, nuevamente, al trabajo de Francella. Su personaje no hace reír. Mejor dicho, hace reír, pero desde otro lugar. No es un “Francella auténtico” (léase de Pepe Argento para atrás), sino más bien parte de este nuevo proceso que arrancó con el Sandoval de “El secreto de sus ojos” y que tanta alegría y reconocimiento le ha dado. Juan Marziano es un trabajo distinto. “Me da mucho placer y orgullo hacer cosas diferentes. En mi carrera transité el cine comercial, industrial, infantil, además de musicales. Hoy siento que puedo tocar cuerdas distintas. Y estoy con directores que no me dejan caer en recursos que me resultan cómodos y que siempre me rindieron”, reconoce Francella.
Filmada en el country Las Praderas de Luján, la película hace más hincapié en lo no dicho, en lo que no se ve. “Para mí es muy sutil, desde la ropa hasta los planos y los elementos son de una gran sutileza que además marcan una enorme diferencia social y económica”, dice Puig.
“El guión lo escribí con mi hermano”, cuenta la realizadora Ana Katz. “Pudimos explorar nuestra hermandad a través del guión, las cercanías y las distancias”. En un agradecido tono de comedia, “Los Marziano” puede llegar a tocar algunas fibras íntimas del espectador. O al menos, reconocerlas.
Fuente: La Razón