Este miércoles se cumple el cuadragésimo aniversario de la muerte de José Ignacio Rucci a manos de Montoneros. Ocurrió dos días después del último triunfo presidencial de Perón. El 25 de septiembre de 1973, un comando de la organización guerrillera Montoneros terminó con la vida del dirigente sindical metalúrgico y jefe de la CGT, José Ignacio Rucci. Fueron 23 disparos lo que recibió su cuerpo, a la salida de una vivienda ubicada en la calle Avellaneda al 2900, en el barrio de Flores, donde residía su familia.
Rucci había nacido en Alcorta, provincia de Santa Fe, el 15 de marzo de 1924. Fue dirigente gremial en la fábrica siderúrgica SOMISA de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, y en 1960 asumió la Secretaría de Prensa de la Unión Obrero Metalúrgica.
En 1964 fue designado interventor en la seccional San Nicolás, donde luego fue secretario general. Cuatro años después asumió su cargo en la CGT, desde donde trabajaría incesantemente por el retorno de Juan Domingo Perón a la Argentina, lo que ocurriría finalmente en noviembre de 1972. En las fotos de aquel retorno, Rucci quedaría inmortalizado con un paraguas en su mano, junto al líder justicialista en el aeropuerto de Ezeiza.
Enfrentado a los grupos de izquierda del peronismo, Rucci había sido varias veces amenazado de muerte sobre todo por Montoneros, quienes finalmente perpetrarían el hecho aquel mediodía del 25 de septiembre.
“Me cortaron las patas”, fue la frase con la que Perón sintetizó lo ocurrido durante el velatorio del jefe sindical.
Sus hijos, Aníbal y Claudia, llevan adelante una causa judicial por “delito de lesa humanidad” para dar con los asesinos de su padre y con quienes pudieron haber colaborado en el episodio.
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