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El 6,63% de inflación anual no deja dormir a Dilma (¿y Cristina?)

Cumplir con los objetivos de inflación resulta fundamental para los países serios. No es el caso de la Argentina, cuya economía es devastada por la mala gestión, ignorancia y capricho de Cristina Fernández de Kirchner. En cambio, por ejemplo, Brasil se encuentra en un debate nacional porque la tasa de inflación de marzo, que será difundida hoy, miércoles 10/04, puede ofrecer un acumulado en 12 meses que supere el 6,5% máximo que habían previsto sus autoridades.

Si se confirmara la expectativa de incremento del 0,55% de inflación en marzo, el economista en jefe de Western Asset, Adauto Lima, dijo que se confirmará un 6,63% acumulado en 12 meses, que superará en 0,13 punto porcentual el límite estipulado por el CMN. Para el economista, en diálogo con el diario O Estado de S. Paulo, es preciso considerar qué es lo que está empujando hacia arriba los precios de los alimentos, y así los otros ítems del indicador del IBGE
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«A cualquier gobernante le va a ir bien mientras no haya inflación y el dólar no se dispare»
«El asalariado es el que más sufre las consecuencias de la inflación»
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«El nuevo directorio del BCRA refuerza la teoría de la inflación»

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En Brasil, la tasa acumulada en 12 meses del Índice Nacional de Preços ao Consumidor Amplo (IPCA) puede superar, en marzo, el máximo de la meta de inflación, eje de la política del Banco Central, y esa expectativa resulta muy negativa para la evolución de 2013, de acuerdo a la mayoría de los economistas de 45 entidades financieras consultadas por AE Projeções. La expectativa promedio es un nivel de inflación para los 12 meses precedentes de entre 6,50% y 6,70%, y si lo confirmase el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), resultará un dato muy complicado, coinciden todos.

En la Argentina alejada del mundo y de la racionalidad, una inflación anual de 6,70% resultaría una bendición ya que se ubica cercana al 30% anual, pero en Brasil superar el máximo de la inflación prevista desacomoda todas sus cuentas nacionales e introduce graves desequilibrios socioeconómicos con consecuencias políticas, y que desacomodan en especial a los más pobres, igual que en la Argentina, aunque el insensible Frente para la Victoria hace caso omiso de esa realidad, apelando a un populismo demagógico que es el motivo del descenso de Cristina Fernández de Kirchner en todas las encuestas de opinión pública.

La meta establecida por el Consejo Monetario Nacional (CMN) para 2013 es de 4,5%, con una tolerancia de 2 puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo. Si en esta ocasión el IPCa supera el techo, en el acumulado de 12 meses, será la 1ra. vez que ocurre desde noviembre de 2011, cuando la tasa acumulada fue de 6,64% en 12 meses..

En diciembre de 2011, la tasa acumulada fue de 6,50% y, por muy poco, el número final anual quedó dentro de los límites impuestos por la política económica brasilera, que se construye en base a las bandas dentro de la cual puede oscilar la inflación.

A partir de enero de 2012, el IPCA de 12 meses acumulados pasó por un proceso de desaceleración continua hasta julio, cuando interrumpió la secuencia, al registrar una tasa acumulada de 5,20% anual, contra 4,92% en junio. Desde entonces, solo hay aceleración de la tasa, que concluyó 2012 con una evolución de 5,84% y en febrero de 2013 alcanzó la marca de 6,31% en 12 meses.

Si se confirmara la expectativa de incremento del 0,55% de inflación en marzo, el economista en jefe de Western Asset, Adauto Lima, dijo que se confirmará un 6,63% acumulado en 12 meses, que superará en 0,13 punto porcentual el límite estipulado por el CMN. Para el economista, en diálogo con el diario O Estado de S. Paulo, es preciso considerar qué es lo que está empujando hacia arriba los precios de los alimentos, y así los otros ítems del indicador del IBGE.

«Hay que pensar un poco más. ¿Se trata solamente de la inflación de los commodities en el exterior o hay alguna cosa? Yo creo que hay alguna cosa más», afirmó.

Él reconoció que una porción del aumento en los precios de los productos primarios puede estar asociada a cuestiones climáticas tales como el exceso de lluvias pero si se considera que el incremento de los productos ‘in natura’ es de 30% en 12 meses, «hay un problema de costos, que están subiendo y son trasladados del productor al consumidor», opinó.

«Un golpe inflacionario sobre los alimentos tiene consecuencias sobre el resto de la inflación, no solo por causa de la indexación sino que tiene consecuencias que provocan que las personas comiencen a mirar y a reajustar sus precios para defenderse, en otros ítems como Servicios e Indumentaria, que comienzan a subir mucho», agregó.

Según él, la inflación ya había roto el techo en febrero, pero gracias a la baja de impuestos y otras medidas que implementó la Administración Rousseff, tales como la reducción en la tarifa de energía eléctrica, logró adecuarse.

Él agregó que cree que a partir de abril, por una cuestión de estacionalidad, la inflación acumulada en 12 meses debería reacomodarse para cumplir las metas anuales: de lograr un 0,40% mensual a partir de abril, podría rondar entre 5, 70% y 5,80% anual hacia diciembre. Sin embargo, él hizo constar que en Chile, la inflación acumulada en 12 meses se encuentra levemente arriba de 1,50%…

A propósito de la inflación en Brasil, un comentario de Juan Cerruti en el diario El Cronista Comercial:

Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, está preocupada por la inflación. El país vecino estableció para este año una meta del 4,5%, con un margen de dos puntos porcentuales. Pero el costo de vida amenaza con superar levemente su banda superior y ubicarse cerca del 6,6% anual.

La cifra, si bien algo elevada para los estándares del Banco Central de Brasil, no sería motivo de alarma alguna en otros países de la región, como la Argentina o Venezuela, acostumbrados a una dinámica “nominal” de sus variables económicas más vertiginosa.

¿Qué hizo Rousseff entonces? No se apure. No lanzó un congelamiento de precios. Tampoco ordenó rever la metodología de estimación de la inflación. Simplemente, escuchó.

Sí, escuchó opiniones. Y externas. No las de sus funcionarios, con quienes interactúa a diario, sino de economistas y expertos convocados ad hoc.

La iniciativa –que es un ejercicio de rutina en muchos gobiernos– podría resultar hasta curiosa para las costumbres vernáculas. En la Argentina los cónclave de ese estilo parecen haber caído en desuso.

El último “experimento” similar a nivel doméstico lo llevó adelante el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, cuando en 2006 estaba a cargo del Palacio de Hacienda. Y citó a economistas de distintas vertientes ideológicas para una suerte de brainstorming.

Encuentro

Dilma se hizo un tiempo para almorzar el lunes en Brasilia con el ex ministro de Hacienda Delfim Netto y los profesores universitarios Luiz Gonzaga Belluzzo y Yochiaki Nakano, de la Fundación Getulio Vargas de San Pablo. Debatieron opciones de política económica, en particular la vinculada a la política monetaria, tanto local como internacional.

Curiosamente, en Brasil no preocupa tanto el nivel de la tasa de inflación, sino el grado de dispersión de los aumentos de precios. Casi una sutileza para los estándares locales de medición del costo de vida, dirían algunos.

En una Latinoamérica de contrastes, para los hacedores de política económica escuchar muchas veces es tan (o más) crucial que hablar. Revisar los puntos de vista, y si es necesario rever conductas, no es un síntoma de debilidad, sino de sabiduría. Las opiniones diversas nutren las iniciativas, amplían los espectros y fortalecen las decisiones de cualquier gobierno.

El almuerzo de Dilma para escuchar “otras opiniones” tal vez sea un reflejo incómodo para la Argentina actual. Pero del cual podemos aprender.

Fuente: Urgente24

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